Soy afectada de TOC desde hace más de 30 años. Eva, especializada entre otros en mi trastorno, me está ayudando en el camino de mi recuperación, es una profesional excepcional, pero sobre todo muy humana, cercana, cariñosa y empática. Una suerte haberla encontrado en mi camino.
Tengo 46 años y he sufrido TOC de una forma más acusada desde los 24. Más de veinte años de cargar con esta enfermedad da mucho tiempo para recorrer consultas de psicólogos y psiquiatras, con diversas sensaciones y resultados, no siempre buenos. Creo que este largo viaje con el trastorno y con diferentes profesionales me da la suficiente perspectiva como para decir que Eva es una muy buena psicóloga, gran conocedora de esta enfermedad, de la que todo el mundo ha escuchado hablar, y de la que casi nadie sabe lo que realmente significa. Pero lo que es igual o más importante, es que Eva es una gran persona. Siempre, siempre te motiva desde la empatía y el cariño. Cuando llegué hasta Eva me encontraba en uno de los momentos más agudos de mi TOC que jamás había padecido, sufría mucho, y fue gracias a su buen hacer, y creo también a lo sumamente cansada que me sentía yo de tirar del TOC, que logré decir “hasta aquí”, “ya no más de lo mismo”. Y efectivamente, nunca más ha vuelto a ser “más de lo mismo”. Bajo la guía de Eva logré salir del pozo en el que estaba y vivir libre por primera vez en mucho tiempo. Creedme, se puede, y la sensación es maravillosa. Y maravilloso es también saber que Eva está ahí disponible con una sonrisa siempre que la enfermedad te pone una zancadilla, porque te la pone. Todos caemos, pero Eva sabe enseñarte a ver esos tropezones como nuevos retos. Solo puedo tener palabras de agradecimiento para ella, por su ayuda, por haber estado, y por seguir estando siempre que la necesito.
La verdad que mi experiencia está siendo genial. Desde que empecé la terapia con Eva he ido notando la mejoría. Además es una persona que se preocupa de verdad por sus pacientes y facilita todas las herramientas necesarias para trabajar y mejorar. Le estoy muy agradecida por su trabajo y esfuerzo.
Trabajé con ella en la Asociación TOC Granada y sigo con ella ahora online. Tras mi paso por varios psicólogos puedo decir que es la que mejor se ha adaptado a mis necesidades.
He acudido a Eva por un problema que llevo arrastrando desde hace años, personalmente me he llevado una grata sorpresa, pues mi experiencia con otros profesionales no me había animado a seguir como es el caso de mi primer contacto con Eva. Me ha proporcionado herramientas y recursos que yo desconocía, con grandes conocimientos en la materia y su gran disposición. La recomiendo 100% porque además de una gran profesional, tiene una dulzura que te hace sentir cómoda y relajada. Gracias Eva por sacar lo mejor de mí y hacer que me sienta más fuerte.
He sido paciente de Eva y me ha ayudado muchísimo la terapia con ella, ha sido muy productiva y cada día que pasa le agradezco más todo lo que me ha enseñado para gestionar mi trastorno obsesivo compulsivo. Ella es una persona que se mete mucho en la piel de los pacientes y es algo de agradecer que sea tan empática y nos comprenda tanto. Desde luego la recomiendo. Es súper profesional y sobre todo buena persona y buena psicóloga.
Durante todos estos años he tenido varios terapeutas que aunque no tenían bien asimilado el concepto del trastorno y no conocían al detalle cómo ponerle remedio, me ayudaron como mejor pudieron hasta que el año pasado tuve la fortuna de dar con Eva en la Asociación TOC Granada y conocí de su mano realmente lo que es mi trastorno, me enseñó todo lo que hay que saber sobre él y lo más importante, cómo gestionarlo, dándome herramientas, apoyo, ánimo, enseñándome un camino que si bien es mucho más duro de lo que yo hubiese pensado es el camino correcto para que con tiempo y determinación salir del pozo del TOC y poder tener una vida más feliz, más funcional, en definitiva, tener una vida mejor.
Eso no hay dinero que lo pague, el padecimiento psicológico no está valorado en su justa medida en la sociedad, todo el mundo se compadece y se apiada del que tiene dolores físicos pero en los casos del dolor mental o como muchos dicen “dolor del alma” parece que los demás miran hacia otro lado, actúan como si fuese algo contagioso de lo que no quieren saber nada.
Por desgracia tengo muchos años de experiencia con las terapias psicológicas y una de las cosas más importantes es que el terapeuta que te ayude tenga empatía, te deje expresarte, te de tu espacio para desahogarte, tengas afinidad con ella, también ponerte las pilas cuando vea que te relajas y todo esto yo lo tuve con Eva, que desde el primer momento me hizo sentir cómodo, seguro y a salvo para estar en la disposición correcta para enfrentarme a todos mis miedos.
Agradezco la suerte que tuve de dar con ella porque ha sido y es como una especie de tabla de salvación a la que me agarro cuando todo parece que se desmorona y que sabe devolverme a tierra firme para que un buen día ya sepa nadar por mí mismo. No sé si podría haber dado con una psicóloga mejor, pero lo que tengo claro es que no la cambiaría por nadie.
